Index: Español Reina Valera 1909

 

1 Juan 2

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2:1 HIJITOS míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, á Jesucristo el justo;

2:2 Y Él es la propiciación por nuestros pecados: y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

2:3 Y en esto sabemos que nosotros le hemos conocido, si guardamos sus mandamientos.

2:4 El que dice, Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en Él;

2:5 Mas el que guarda su palabra, la caridad de Dios está verdaderamente perfecta en Él: por esto sabemos que estamos en Él.

2:6 El que dice que está en Él, debe andar como Él anduvo.

2:7 Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio: el mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio.

2:8 Otra vez os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en Él y en vosotros; porque las tinieblas son pasadas, y la verdadera luz ya alumbra.

2:9 El que dice que está en luz, y aborrece á su hermano, el tal aun está en tinieblas todavía.

2:10 El que ama á su hermano, está en luz, y no hay tropiezo en Él.

2:11 Mas el que aborrece á su hermano, está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe á donde va; porque las tinieblas le han cegado los ojos.

2:12 Os escribo á vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os son perdonados por su nombre.

2:13 Os escribo á vosotros, padres, porque habéis conocido á aquel que es desde el principio. Os escribo á vosotros, mancebos, porque habéis vencido al maligno. Os escribo á vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.

2:14 Os he escrito á vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito á vosotros, mancebos, porque sois fuertes, y la palabra de Dios mora en vosotros, y habéis vencido al maligno.

2:15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en Él.

2:16 Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo.

2:17 Y el mundo se pasa, y su concupiscencia; mas el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre.

2:18 Hijitos, ya es el último tiempo: y como vosotros habéis oído que el anticristo ha de venir, así también al presente han comenzado á ser muchos anticristos; por lo cual sabemos que es el último tiempo.

2:19 Salieron de nosotros, mas no eran de nosotros; porque si fueran de nosotros, hubieran cierto permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que todos no son de nosotros.

2:20 Mas vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.

2:21 No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino como á los que la conocéis, y que ninguna mentira es de la verdad.

2:22 ¿Quién es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este tal es anticristo, que niega al Padre y al Hijo.

2:23 Cualquiera que niega al Hijo, este tal tampoco tiene al Padre. Cualquiera que confiese al Hijo tiene también al Padre.

2:24 Pues lo que habéis oído desde el principio, sea permaneciente en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio fuere permaneciente en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.

2:25 Y esta es la promesa, la cual Él nos prometió, la vida eterna.

2:26 Os he escrito esto sobre los que os engañan.

2:27 Pero la unción que vosotros habéis recibido de Él, mora en vosotros, y no tenéis necesidad que ninguno os enseñe; mas como la unción misma os enseña de todas cosas, y es verdadera, y no es mentira, así como os ha enseñado, perseveraréis en Él.

2:28 Y ahora, hijitos, perseverad en Él; para que cuando apareciere, tengamos confianza, y no seamos confundidos de Él en su venida.

2:29 Si sabéis que Él es justo, sabed también que cualquiera que hace justicia, es nacido de Él.

 

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